Desde finales de la década de los 50 del siglo pasado hasta hoy, en la primera del siglo XXI, siempre que he tenido ocasión he acudido a Córdoba, a la Uni. Antes con una maleta de cartón o madera y en los medios de transporte de la época; ahora con prácticas maletas de polipiel con carro exterior abatible o con ruedas, cómodas para viajar en el AVE, en el avión o en el vehículo particular. Soy el “espíritu laboral”.

Una vez más he pasado unos días en la Uni, en esta ocasión celebrando el III Encuentro; y lo he pasado tan bien, que deseo haceros partícipe de ello a todos los que, por diversos motivos, no habéis podido disfrutarlo conmigo. Por ello voy a relataros los sentimientos que he experimentado durante el desarrollo de las diversas actividades que componían el programa. En el índice de la izquierda lo tenéis.